El proyecto

Aitana Espirulina Artesanal es un sueño hecho realidad: ofrecer el mejor alimento conocido, con el mínimo impacto ambiental para mejorar la salud del planeta y de las personas que lo habitan.

 

Por qué todos deberíamos tomar espirulina

Su extraordinaria composición hace que sea el alimento más completo conocido. En la Conferencia Mundial de la Alimentación de Naciones Unidas, en 1974, se anunció la espirulina como el mejor alimento para el futuro de la humanidad. Y ese futuro es ¡AHORA! 🙂

Ballena azul

Con un 65-70% de contenido en proteína completa, hierro, vitaminas, ácidos grasos omega 3 y 6 y antioxidantes naturales, es un complemento único para hacer tu dieta más saludable. Además su cultivo es incompatible con pesticidas y agroquímicos, y nuestra espirulina crece en agua pura del valle de Aitana, por eso no solo es ecológica sino que no contamina tu cuerpo ni al planeta.

Pero no solo es buena para nosotros, también lo es para el planeta. Para producir 1kg de espirulina se fijan 2kg de CO2 atmosféricos, por eso su huella de carbono, a escala artesanal, se considera negativa. No solo no contamina sino que consumiéndola estás ayudando a luchar contra el cambio climático.

Además, pese a lo que pudiera parecer, no consume apenas agua ya que tras las cosechas el agua vuelve a verterse a las balsas. De hecho, para producir 1kg de proteína de espirulina se utiliza 5 veces menos agua que para producir 1kg de proteína de vacuno y 3 veces menos que para la soja.

Y lo mejor de todo. No viene de países lejanos, donde las condiciones laborales son pésimas y las normas de higiene dudosas. No hemos tenido que transportarla por mar y aire, contaminando más el planeta y encareciendo el producto a costa de unos productores que viven en precarias condiciones.

 

¿Quién lleva el timón?

Hola, me llamo Inés. Licenciada en Biología marina por la Universidad de Alicante, terminé especializándome en el cultivo de microalgas mientras trabajaba en investigación para una gran empresa biotecnológica. En ese momento cultivábamos microalgas para elaborar biocombustibles y aprovechábamos la gran capacidad de estos microorganismos para fijar carbono atmosférico (el famoso CO2).  Después me enrolé en un viaje que al final se alargó a casi siete años, durante el cual me di cuenta de hay otra forma de habitar el planeta, mucho más sostenible y ética.

Mientras estaba viviendo en Australia estudié Diseño en Permacultura, aprendiendo a integrar la agricultura y arquitectura en el entorno, comprendiendo las relaciones que se establecen en los ecosistemas y colaborando con la naturaleza en vez de luchar contra ella. Es el inicio de mi interés en los modelos de agroecología. Durante unos años estuve trabajando también como traductora de libros en permacultura, lo que me hizo seguir aprendiendo y estudiando.

Pero fue en Europa donde surgió la idea, la semilla. En una pequeña granja del sur de Francia descubrió el cultivo artesanal de espirulina y todo cambió de repente: era posible cultivar microalgas de forma artesanal, con tecnologías sencillas pero con la máxima calidad.

¿Por qué no traer todas esas ideas e innovaciones a un lugar tan soleado y con un aire tan limpio como la montaña de Alicante? La idea-semilla se plantó a finales de 2019, hubo que regarla bien, planificarla y construirle una guarida. En 2021 ya estaba construida la granja… y esto solo es el comienzo!

Inés

“Desde la permacultura y la soberanía alimentaria, hasta la lucha contra el cambio climático; pasando por el cultivo en interior para autoconsumo, la formación y hasta el arte. Esta ola verdeazulada no para de moverse y de crecer.”

APDEI

En otro rincón de Francia, en la Granja Experimental de la Roquette, surgió la idea de desarrollar la cepa ibérica. Gilles Planchon, uno de los padres del cultivo artesanal, me propuso partir de expedición al sur de España, más concretamente al Parque Nacional de Doñana. Un paraje natural excepcional, que alberga el 70% de la biodiversidad de Europa y donde también crece, de forma natural, la espirulina.

También exploramos cualquier masa de agua continental susceptible de contener espirulina, ¡somos como los cazaespirulinas!

Y así surgió la Asociación para la Protección y Desarrollo de la Espirulina Ibérica (APDEI).  Un movimiento de unos locos apasionados por la espirulina y por lo que puede aportar al mundo. El objetivo es buscar y recuperar cepas de Arthrospira platensis  en la península Ibérica, para estudiar y preservar su entorno natural y poder recrear lo máximo posible esas condiciones en nuestras instalaciones. 

Además, debido al importante papel que juega esta cianobacteria en los  ecosistemas, tenemos el  compromiso de proteger su desarrollo natural, para que siga sirviendo de alimento a las aves y les de energía para afrontar sus largos viajes migratorios.  Apoyando este proyecto y comprando nuestros productos estás contribuyendo a la protección de la biodiversidad y a la preservación de la espirulina ibérica.

Si quieres saber más sobre APDEI o participar en el proyecto contáctanos.

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