La espirulina se desarrolló a sus anchas hace miles de millones de años, cuando las condiciones en la Tierra era muy diferentes a lo que conocemos ahora. Por eso hay que recrear las condiciones de la Tierra Primitiva para la espirulina crezca feliz y abundante. Calor, sol, alcalinidad y nutrientes son, básicamente, las condiciones en las que crece la espirulina. El calor lo conseguimos de forma pasiva (con un invernadero) el sol alicantino nunca nos falla y la alcalinidad y los nutrientes es lo que más hay que controlar.
Se cultiva en balsas de agua salobre (con baja salinidad) y bajo invernadero. De hecho, la temporada de cultivo aquí en la Sierra de Aitana, se limita a los meses de calor, no queremos forzar el cultivo para producir más pero con peor calidad, por eso a veces, en invierno nos quedamos sin stock. Lo bueno es que la espirulina deshidratada se conserva muy bien, y así podemos tomarla también en invierno.
En la granja cultivamos con energía solar 100% autoproducida, agua de lluvia depurada con por 3 tipos de filtros diferentes y sal natural (sin aditivos) de las salinas Santa Pola. ¡Trazabilidad total!
La sostenibilidad, el desarrollo rural y la soberanía alimentaria son nuestros principales valores. Gracias a las microgranjas se consigue la máxima calidad de los productos generando un impacto positivo en el entorno. Pero no solo es una granja sostenible, vamos mucho más allá. Nuestra misión es la REGENERACIÓN
Una microgranja es un agro-sistema de pequeño tamaño que funciona con el mínimo de energías fósiles pero que además integra varias actividades y cultivos, haciendo que se beneficien unos de otros y creando diversidad. Se practica la agricultura agroecológica y se basa en cadenas de distribución de circuito corto (es decir directamente al consumidor o con un solo intermediario) para que al comprar nuestros productos estés segura/o de que tu dinero va directamente a quien lo produce y no se pierde en una larga cadena de distribuidores.
Es todo lo contrario al sistema agroindustrial o a las macrogranjas, donde se producen grandes cantidades de producto pero esquilmando los recursos y ofreciendo, por lo general, una calidad industrial (muy baja).
Aitana Espirulina tiene el tamaño justo para poder mantener la calidad artesana sin explotar los recursos. Por eso no supera los 400m2, tienen una producción mucho más pequeña que los sistemas agroindustriales pero de mucha más calidad y que puede gestionarse a nivel familiar. Por eso, al ser tan manejable, es muy fácil controlar los parámetros de cultivo y evitar desperdiciar o malgastar recursos. Pero también permite compatibilizar la labor de espirulinera con otras actividades, como el turismo rural, la cosmética, otros cultivos… y así poder tener una vida feliz 🙂
Enclavada en un entorno natural de montaña, dentro de un olivar con certificado ecológico, ciclamos los procesos para recuperar los nutrientes de nuestra espiru y utilizarlos para mejorar los suelos por medio de biofertilizantes.
Y esque aquí también crecen olivos felices y sacamos un aceite bien rico, lleno de cariño a la Tierra, y de polifenoles ¡por supuesto!
Además recibimos visitas, talleres y espiru fiestas. Plantamos especies autóctonas para proteger el invernadero del viento y utilizamos agua de lluvia de la Sierra de Aitana para no dañar más los acuíferos. Se respeta y fomenta la fauna autóctona y no se utiliza ningún tipo de agroquímico. Envenenar la Tierra no está en nuestra agenda…
El objetivo de la microgranja es crear comunidad, desarrollo rural y riqueza en nuestro entorno. Pero sobre todo, ofrecer la máxima calidad en todos nuestros productos y utilizar cadenas cortas de distribución, es decir, evitar los intermediarios lo máximo posible.
Nos encanta enseñaros cómo se cultiva, se cosecha y se envasa nuestra espirulina, porque hace mucha falta saber de dónde vienen nuestros alhartoss, ponerle cara a lo que comemos. Cuando comprendemos como se hacen las cosas, les damos el valor que tienen… ya es otra energía, es puro amor artesano.
Pero lo que perdemos en cantidad lo ganamos en calidad, y eso ¡lo notáis! por eso es habitual que nos quedemos sin stock de vez en cuando, pero es por la calidad y no por la cantidad por lo que repetís y eso recarga las pilas para seguir trabajando muy duro para tener la mejor espirulina artesanal.
El objetivo es, nada más y nada menos, Re-Evolucionar el sistema agroalimentario. Por el planeta, por nuestra salud y porque seguir el camino trazado ya no es una opción.
Por todas estas cosas, y por el esfuerzo que ha costado (y sigue costando) llevarlas a cabo, Aitana Espirulina recibió el 1er premio en innovación femenina del programa EWA2021, de la mano de EITfood (European Institute of Innovation & Technology).
Estoy segura de que la armonía se contagia y que, de alguna forma, se impregna en las nubes, en la lluvia… Y que un alimento cultivado en un lugar hermoso y lleno de vida transporta esa energía.
El Valle de Guadalest está enclavado en la Sierra de Aitana, un lugar mágico de las montañas de Alicante. Gozamos de unas temperaturas más frías que la costa (la granja está a 530m de altitud) pero también de un aire muy puro y unas precipitaciones más abundantes.
La roca caliza moldea las colinas y llena de recovecos el paisaje. Un lugar que conquistó a Íberos y Fenicios y a muchas otras culturas antes que ellos (las innumerables cuevas kársticas fueron refugio ancestral y las pinturas rupestres dan testimonio de ello). Aunque nos azota el viento de tramontana, tenemos unas vistas que quitan el hipo. Los arruis (cabras montesas), las águilas y los jabalís también parecen muy contentos de compartir este espacio verde a 20 escasos minutos del mar Mediterráneo.
Desde la granja se ve el mar, para no olvidar de donde venimos y a dónde vamos…
“La Re-Evolución verdeazul desafía el modelo agroalimentario verdeazul. Porque es posible cuidar nuestra alimentación a la vez que cuidamos nuestro planeta”
El modelo agroindustrial actual nos ha ocasionado muchos problemas; que se pueden agrupar en tres grandes bloques:
Aitana Espirulina es una microgranja que produce y ofrece:
Esto es solo el comienzo. El futuro es verde esmeralda y hay microgranjas sostenibles por todo el planeta.
¿Quieres que soñemos junt@s? 😊
Y esto es solo el comienzo… Las microgranjas se pueden replicar hasta el infinito, creando riqueza y desarrollo rural de forma sostenible.
El futuro es verde esmeralda
¿Quieres que soñemos junt@s? 😊
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Vegano
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seguro
Aitana Espirulina Artesanal
Entre el mar Mediterráneo y las montañas de Alicante, cultivamos y ofrecemos espirulina de la más alta calidad, de cultivo sostenible, con trazabilidad total y ayudando a paliar el cambio climático. Con la ética y la coherencia por bandera, somos el cambio que queremos ver en el mundo.
¿Te unes?