Te lo cuento todo sobre nuestros nuevos envases
Detrás de estos sobres y este radical cambio de look hay muchas horas de darle al coco y de investigación.
No es fácil encontrar envases que sean éticos, sostenibles y que además preserven bien el producto de la luz y la humedad.
He estado literalmente un año entero buscando, pidiendo muestras, haciendo pruebas y leyendo y leyendo información sobre materiales y trazabilidad.
Primero te cuento las características más importantes (y diferentes respecto a nuestro envase anterior).
Material: LD-PE (polietileno) fabricado al 100% a partir de material reciclado.
Monocapa: solo está hecho de un tipo de material. Esto es muy importante porque los sobres normales llevan 3 capas: plástico por dentro, papel por fuera y una capa de aluminio en medio. Esto los hace super contaminantes y casi imposibles de reciclar. En cambio nuestros envases monocapa son 100% reciclables, en el contenedor amarillo y NO CONTIENEN ALUMINIO 🙂
Color: negro. Esto no es estética ni son ganas de parecer hipster. Se debe a la característica anterior. Te explico: al no contener aluminio, el envase no es del todo opaco (para eso meten el aluminio). Y después de probar todos los colores disponibles, el negro era el único que la protegía de la luz.
Para ello utilicé un fotómetro (un aparato que mide la cantidad de luz) y lo metí dentro de cada envase de cada color. Luego puse los envases en diferentes lugares con diferentes exposiciones al sol y medí los lux que pasaban. Y el negro dio unos resultados excelentes.
Mi objetivo era no tener que caer en meter aluminio bajo ningún concepto ¡Objetivo conseguido!
Zip hermético: otro de los factores que afectan mucho a la espirulina es el aire y la humedad. Estuve abriendo y cerrando este envases durante meses para comprobar que cerraba bien y que realmente era hermético. Y la espirulina se conserva mucho mejor 😉
Sostenibles: además de que la empresa que los produce tiene una certificación de huella de carbono neutra (el balance del CO2 que emiten y retiran es cero) ocupan una centésima parte que los anteriores. Es decir, no necesitamos un camión con varios palets ni un almacén solo para guardar los botes vacíos, sino que sólo hace falta la mitad de peso y espacio (en una caja grande caben todos plegados). Y el peso y el espacio consume CO2, energía y recursos.
Respecto a los envases anteriores compostables, que estaban hechos de un tubo de cartón recubierto de PLA y una tapa de plástico biocompostable, me di cuenta de que en realidad solo eran compostables en compost industrial, así que al final acababan igual en un vertedero sin ser reciclables.
Además, su producción tenía una huella de carbono bastante alta y además no preservaban bien la espirulina… dejaban pasar la humedad y el aire, y a tí te duraba menos fresca.
Hay mucho greenwashing en la industria alimentaria y yo no quería volver a caer en él. Me he dado cuenta que es mejor reutilizar y retirar el plástico que ya está en la cadena en vez de crear nuevos materiales que parecen ecológicos pero en realidad no lo son.
¿tú qué opinas?
Un comentario
Menudo trabajazo de investigacion. este nuevo envase parece estupendo